...todo viaje, por diminuto que sea, empieza con una idea, con una búsqueda de sensaciones, con la esperanza de encontrar

Ji Shi: Crónica de nuestras pequeñas ideas y grandes descubrimientos

domingo, 9 de septiembre de 2007

Relojes, grillos y braguitas que querían ver el mundo...

Siguen amontonándose imágenes... Relojes... en un mercado de antigüedades, o de lo que en shanghai se llama antigüedad y aquí llamamos basurillas, compré dos relojes Shanghai por el precio de uno. Gracias a mi gran maestría en el arte de la guerra de Sun Tzu, conseguí que me timaran el doble por la mitad del precio. La realidad es que nadie se puede sentir engañado, todo el mundo que intervino en la negociación podía ver que tales joyas no eran más que baratijas... Pero siempre hay algo que agrieta un poco la coraza de la humillación.
Pagué mis 160 yuanes por dos relojes que me encantan pero no sirven para medir el tiempo. El tiempo de aquí...
En los años 70 un Shanghai constituía un año de salario de un trabajador medio en china. Un lujo. Y un objeto con el tipo de clase difícil de encontrar hoy. Mis muñecas no pueden llevar un Big Ben colgado, pero si un reloj como este....
De grillos y braguitas hablaré otro día. Y no por eso me interesan menos.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Los zapatos son el alma de la vida

Así que, fin de semana de zapatos. Zapatos para La Boda del Monzón. Los de la Novia, los más blancos y sonrientes, los del novio, nuevos e impecables como casi todas las palabras que escuchaba con su sonrisa. Los de los padres, zapatos contentos de estar ahí, los más confiados, los expertos. Los de Eva, deslumbrantes, los que no habría podido dejar de mirar de no ser por su sonrisa. Pero todos ellos quedaban atrás de los de la carrileta, pequeños e inquietos. Orgullosos...
Han pasado tantas cosas encima de todos esos zapatos. Los míos flotaron durante un rato alrededor de nombres y besos y sonrisas. No me acuerdo de todos pero recuerdo conversaciones y empatía. Me llevo toda esa energía. Y las ganas de dar algo a todos. Felices sueños Virginia e Eamonn.